Un hombre aturdido tras una bofetada

Las biblias con «homosexuales» nos dan una mala traducción del original griego

Nos lo dicen clara­mente los expertos, no sola­mente los que tienen una pos­tura «afirmadora» o «progay», sino tam­bién algunos que man­tienen una teo­lo­gía tra­di­cio­nal respecto a la homo­sexua­li­dad [1]: Las biblias con «homo­sexua­les» en 1 Corin­tios 6:9 y 1 Timo­teo 1:10 nos ofrecen una mala tra­duc­ción de los tér­mi­nos griegos arseno­koites y malakos usados en los textos originales.

Es más, en su afán por usar un lenguaje actual ¡dan una bofe­tada en toda regla a los cris­tia­nos gays y les­bia­nas que lean sus tra­duc­ciones!

Un hombre aturdido tras una bofetada

Foto diseñada por Freepik.

Tampoco aciertan mucho cuando usan «afemi­nados» para tra­du­cir el plural malakoi. Y no diga­mos cuando echan mano de tér­mi­nos como «sodo­mitas» o «inver­tidos».

Si tu eres cris­tiano o cris­tiana y per­te­ne­ces al colec­tivo LGTBI+ pro­ba­ble­mente ya sabes de qué hablo. Pero si no, a con­ti­nua­ción doy un par de ejemplos, de 1 Corintios 6:9-10. Son de tra­duc­cio­nes bíbli­cas moder­nas y amplia­mente usadas, en España y Latino­amé­rica res­pec­ti­va­mente: la DHHE y la NVI [2]. Pongo solo frag­mentos, con puntos sus­pen­si­vos, para no alargar con toda la lista de gente inmoral que señalan:

No os dejéis engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte […] ni los afemi­nados [malakoi], ni los homosexuales [arseno­koitai], ni […]. (DHHE)

¡No se dejen engañar! […] ni los sodo­mitas [malakoi], ni los homo­sexuales [arseno­koitai], ni […] here­da­rán el reino de Dios. (NVI)

Voy a explicar por qué estás tra­duc­cio­nes son tan pro­ble­má­ticas, cuando no direc­ta­mente equi­vo­ca­das. Pero antes de que deci­das tirar tu Biblia con la palabra «homo­sexua­les» a la basura, déjame decirte que en rea­li­dad es muy difí­cil, casi impo­sible, hacer una buena tra­duc­ción de estos pasajes.

Una Biblia tirada en una papelera, dentro de una señal de tráfico de prohibición.

Esto es así porque estos pasajes con­tie­nen listas ilus­tra­ti­vas, sin con­texto, y con adje­ti­vos suges­ti­vos pero en algu­nos casos muy poco pre­cisos. Es lo que pasa con el pri­mer voca­blo griego que comen­ta­re­mos: malakos.

 La palabra «malakos» en letras griegas, primero en mayúsculas y luego en minúsculas. 

Literalmente significa «suave» o «blando». Pero, tal como explico en mi libro, podría muy bien no refe­rirse al par­ti­ci­pante «pasivo» en las rela­cio­nes hombre-hombre, como algunos sugie­ren, sino sim­ple­mente a cual­quier per­sona viciada y desen­fre­nada en sus rela­cio­nes sexua­les, ya que está docu­men­tada su apli­ca­ción a hombres que come­ten excesos con… ¡mujeres! Es más, malakos como insulto podía refe­rirse a alguien pere­zoso, mie­doso, débil, extra­va­gante o sin auto­con­trol en un am­plio aba­nico de com­por­ta­mientos [3].

Quizás por todo eso empe­za­mos a ver tra­duc­ciones (de las más recientes y acuradas) que usan otros adje­tivos para tra­du­cir el plural malakoi en 1 Corin­tios 6:9, por ejemplo «luju­rio­sos» o «perver­tidos» [4]. Esto tiene al menos dos ventajas:

  1. Se evita «afeminados» que, franca­mente, no encaja para nada. Es cierto que en muchos con­textos el adjetivo «afemi­nado» tiene conno­ta­ciones nega­tivas, pero no hace pensar en com­por­ta­mientos in­mo­rales, que es el tema del pasaje.
  2. Tanto «perver­tidos» como «lujuriosos» sí hacen pensar en con­ductas sexua­les insanas o direc­ta­mente malas, pero no nece­sa­ria­mente homo­sexuales.

Ahora bien, si el origi­nal malakoi puede abarcar la falta de control en otros ámbi­tos, quizás con­ven­dría tra­du­cirlo con adje­ti­vos aún más gené­ri­cos, como «vicia­dos» o «diso­lutos». Así, ten­dría­mos adje­ti­vos suges­tivos pero poco pre­cisos, que insi­núan algo muy malo sin con­cre­tar el qué.

Si esa es la impre­sión que habrían reci­bido los des­ti­na­ta­rios origi­nales de la carta de Pablo con malakoi, vamos mejor enca­mi­na­dos. Dicho téc­ni­ca­mente, con «viciados» o «disolutos» ten­dría­mos una buena equi­va­len­cia diná­mica o fun­cio­nal [5].

La palabra «arsenokoites» en letras griegas, primero en mayúsculas y luego en minúsculas.

Con el otro término griego, arseno­koites, el signi­fi­cado directo no es el pro­blema. Es una palabra com­puesta de dos pala­bras muy comunes: arsen (que significa «macho», «hombre» o «varón») y koite (que signi­fica «sofá», «lecho» o «cama»). O sea, no se equi­vo­can tanto las biblias que tra­du­cen el plural arseno­koitai por «los que se echan con varones» [6] o, en lenguaje más actual, «los que se acuestan con hombres» [7].

Un paréntesis: Es cierto que la pala­bra arseno­koites no apa­rece en ningún escrito griego ante­rior, y posi­ble­mente fue inven­tada por el pro­pio após­tol Pablo. Pero eso, por sí solo, no debe hacer­nos dudar de su signi­fi­cado lite­ral. Del mismo modo que, si yo te hablo de un gato «come­moscas» (pala­bra inven­tada), me entien­des bien, los des­ti­na­ta­rios de las cartas del após­tol Pablo tam­bién podían enten­derlo si hablaba de unos «acuesta­hombres».

Un gato que intenta cazar a una mosca.

Foto creada con Grok.

Con lo que acabo de expli­car, está servida la pri­mera crítica al uso de «homo­sexuales» en 1 Corin­tios 6:9 y 1 Timoteo 1:10. El tér­mino griego arseno­koites se refiere a un com­por­ta­miento. En cambio, el tér­mino moderno «homo­sexual» se refiere a una carac­te­rís­tica de algunas per­sonas: sienten atrac­ción erótico-afec­tiva hacia personas de su mismo sexo. O sea, las traduc­ciones bíbli­cas que ponen «homo­sexuales» están con­de­nando incluso a aque­llos cris­tia­nos gays que tienen la con­vic­ción de que no deben dar expre­sión a su sexua­lidad, sino man­te­nerse sol­te­ros y célibes.

Y otra cosa: arsenokoites solo puede refe­rirse a la homo­sexua­lidad mas­cu­lina. Si tú eres lesbiana, estos ver­sículos no hablan para nada de tus posi­bles prác­ti­cas sexuales. Este es otro motivo muy claro para no emplear el mas­cu­lino plural «homo­sexuales»: parece un gené­rico refe­rido a hombres y mujeres en su con­junto, algo impo­si­ble en el griego origi­nal (pero sí posi­ble para otros cali­fi­ca­ti­vos de las listas, como «ladrones» o «avaros»).

Hasta aquí incluso los teó­lo­gos más «tradi­cio­nalistas» pueden estar de acuerdo. La última posi­ble crí­tica que ahora expli­caré breve­mente va más allá en su plan­tea­miento.

Aunque el término arseno­koites tiene un signi­fi­cado más o menos claro, puede haber dudas muy legí­timas sobre su apli­ca­bi­li­dad a todas las rela­ciones sexua­les entre dos hombres. No es desca­be­llado argu­men­tar que no debe apli­carse a dos per­so­nas gays que forman un hogar y cuya rela­ción está basada en el amor y com­pro­miso mutuos, por los siguien­tes motivos:

  1. Es probable que, tanto para el apóstol Pablo como para los recep­tores de sus cartas, el término arseno­koites evoca­ría bási­ca­mente las rela­ciones homo­sexua­les coer­ci­tivas y abu­sivas, con escla­vos o pros­ti­tutos. Esta idea queda refor­zada por la inclu­sión de idóla­tras, adúl­teros, ladro­nes, esta­fa­dores, asesi­nos y secues­tra­dores en estas mismas listas; o sea, gente muy malvada.
  2. Evidente­mente, la idea de un «matri­monio gay» no podía estar en la mente de Pablo o los des­ti­na­ta­rios de sus cartas, porque era abso­lu­ta­mente impen­sable en aquel con­texto socio­cultural.
Una pareja de hombres gays que miran cariñosamente a su hijo.

Foto diseñada por Freepik.

Si te choca la idea de no aplicar algo que la Biblia dice, te reco­miendo que leas mi post ante­rior «No pode­mos dar valor abso­luto a ver­sícu­los de la Biblia ais­lados». Verás que es algo que todos (hasta los más lite­ra­lis­tas o fun­da­men­ta­lis­tas) hace­mos a veces.

Por otro lado, el contexto sociocultural es esencial para discernir cómo o cuándo puede ser razonable hacerlo. Esto lo desarrollaré en mi siguiente post. 😊

Notas

[1] El último autor destacado del campo «tradi­cio­na­lista» que conozco que ha cri­ti­cado dura­mente la traduc­ción homo­sexuals (en inglés) es Preston Sprinkle, en la «Conver­sa­tion 8» de su libro: Does the Bible Support Same-Sex Marriage? – 21 Conver­sa­tions From a His­to­ri­cally Chris­tian View, David C Cook, Colorado Springs, USA, 2023.

[2] DHHE: Dios Habla Hoy, versión espa­ñola, texto com­pleto y más infor­ma­ción: aquí. NVI: Nueva Versión Inter­na­cio­nal, versión lati­no­ame­ri­cana, texto com­pleto y más infor­ma­ción: aquí.

[3] La amplia gama de com­por­ta­mien­tos iden­ti­fi­ca­dos con mala­kos («suave» o «blando») y mala­kia («suavi­dad» o «blan­dura») en la lite­ra­tura griega anti­gua se des­cribe en detalle en: Martin, Dale B., Sex and the Single Savior – Gender and Sexua­lity in Bib­li­cal Inter­pre­ta­tion, West­mins­ter John Knox Press, 2006, páginas 43-47. Tiene que ver con las debi­li­da­des típi­ca­mente aso­cia­das con las muje­res en las socie­da­des (patriar­cales) de la época. Explico todo esto en el capí­tulo 10 de mi libro: Nash, Chris, La homo­sexua­lidad a debate en círcu­los evan­gé­licos, Editorial La Calle, Antequera (Málaga), España, 2024.

[4] La BCEE (Sagrada Biblia – Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española, Madrid, 2011) usa «luju­rio­sos», texto completo: aquí. Y en Cataluña, donde vivo, la BCI (Bíblia Catalana Interconfessional) usa el cata­lán perver­tits, o sea, «perver­ti­dos» (texto completo y más información: aquí).

[5] Con la equiva­lencia fun­cio­nal o diná­mica, en el pro­ceso de tra­duc­ción, se intenta producir una reacción o comprensión equi­va­lente a la de los receptores origi­nales, aunque eso sig­ni­fi­que un ale­ja­miento de la lite­ra­li­dad. Hay muchas webs que expli­can su uso en la tra­duc­ción bíblica. Una de las más completas, con abun­dan­tes ejem­plos, es esta de la Socie­dad Bíblica Chilena.

[6] Reina-Valera Antigua y Reina-Valera de 1960. De la segunda hay más infor­ma­ción y el texto com­pleto: aquí.

[7] Reina-Valera con­tem­po­rá­nea, más infor­ma­ción y el texto com­pleto: aquí.


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